El arte de perderse en una ciudad y encontrar algo increíble según Tomás Elías González Benítez

Perderse en una ciudad y encontrar algo increíble según Tomás Elías González Benítez

Vivimos en una era donde todo está geolocalizado, reseñado, puntuado y planeado con precisión quirúrgica. Desde el momento en que pisamos una ciudad nueva, tenemos la ruta marcada en Google Maps, las atracciones destacadas en TripAdvisor y los horarios sincronizados con apps de transporte. Y aunque esa organización tiene sus ventajas, también puede robarnos una de las experiencias más mágicas del viaje: perderse a propósito.

Sí, perderse. Caminar sin rumbo. Girar en una esquina que no estaba en el plan. Seguir un aroma, una risa, una intuición. Dejar de ser turista para convertirnos en exploradores.

Como diría el escritor y viajero Tomás Elías González Benítez:

“En cada ciudad hay un rincón que no aparece en ninguna guía, y suele ser el que más recordamos.”

Este artículo no es una guía convencional. Es una invitación a experimentar la ciudad de otra forma, a abrazar el caos, la casualidad y el asombro. Porque cuando nos perdemos, muchas veces nos encontramos.

Perderse no es estar desorientado, es abrirse a lo inesperado

perderse en ciudades Tomás Elías González Benítez

La idea de “perderse” puede sonar negativa. Pero aquí no hablamos de angustia ni confusión, sino de una decisión consciente: soltar el control. Es permitir que la ciudad nos sorprenda, que nos proponga caminos distintos, que nos muestre su rostro no turístico, más cotidiano y auténtico.

Al dejar atrás las rutas trazadas, descubrimos:

  • Cafés sin reseñas que preparan el mejor espresso del barrio.
  • Tiendas con dueños que cuentan historias de tres generaciones.
  • Parques donde niños locales juegan sin selfies de por medio.
  • Graffitis que cuentan la historia de la ciudad mejor que cualquier museo.

Técnicas para perderse (sin ponerte en riesgo)

No hace falta que apagues el GPS o ignores toda señal. Se trata de equilibrar la intuición con la conciencia del entorno. Aquí algunos métodos:

Cambia de dirección deliberadamente

Si estás en una avenida conocida, gira a la derecha hacia una calle secundaria. Luego otra vez. Hazlo tres veces y estarás en una zona totalmente nueva.

Elige un transporte aleatorio

Sube a un tranvía, autobús o metro sin saber bien a dónde va. Baja cuando veas algo que te llame la atención.

Sigue un estímulo sensorial

Sigue un aroma (pan recién horneado), un sonido (una canción en la calle), una fachada que te intrigue.

Juega al “elige tu camino”

En cada esquina, decide hacia dónde girar lanzando una moneda. Hazlo hasta llegar a un destino inesperado.

Ciudades que invitan a perderse

Aunque cualquier ciudad puede regalarnos un buen momento de extravío, hay algunas que premian más generosamente al viajero curioso:

  • Lisboa: callejones que serpentean entre miradores y fados espontáneos.
  • Kioto: templos escondidos entre casas tradicionales.
  • Buenos Aires: pasajes secretos, librerías en sótanos, patios ocultos.
  • Marrakech: la medina es un laberinto que te cambia con cada paso.
  • Praga: cada calle secundaria parece un portal a otra época.
  • Ciudad de México: mercados de barrio, murales urbanos, vida auténtica en cada esquina.

Tomás Elías González Benítez dice:

“Hay ciudades que se entienden con un mapa, y otras que solo se comprenden al perderse.”

Los países desconocidos son todo un reto y aquí algunos tips para mantenerse seguros en ellos.

Lo increíble que puedes encontrar al perderse

Cuando te das permiso para salir de la ruta, suelen aparecer pequeños milagros urbanos. Algunos ejemplos reales de viajeros:

  • Una abuela vendiendo empanadas caseras en la entrada de su casa.
  • Una librería antigua que te invita a tomar café mientras hojeas.
  • Un artista pintando en vivo en una plaza vacía.
  • Una feria callejera no anunciada con música, comida y baile.
  • Un mural con un mensaje que llega justo en el momento indicado.

Estos hallazgos son los que transforman el viaje de turismo planificado a experiencia vital. Y lo más lindo: no se pueden replicar ni repetir. Son solo tuyos.

Cómo documentar sin romper la magia

Aunque la tentación de grabar todo es fuerte, aquí algunas ideas para registrar sin interrumpir el momento:

  • Lleva una libreta pequeña para anotar sensaciones o frases.
  • Saca fotos solo al final del recorrido, no de todo.
  • Graba sonidos: la música de un violín callejero, una conversación, el bullicio del mercado.
  • Dibuja o haz collages al volver al hotel.

Así mantendrás vivo el recuerdo sin perderte el presente.

Conecta con personas locales

Nada como perderse y encontrar a alguien que te devuelve al camino con una historia. Algunos consejos para propiciar estos encuentros:

  • Pregunta por recomendaciones en tiendas pequeñas, no solo en oficinas turísticas.
  • Sé curioso sin ser invasivo.
  • Aprende algunas palabras básicas en el idioma local.
  • Sonríe y deja espacio para que otros se acerquen.

Muchas veces, el mejor hallazgo es una conversación espontánea con alguien que te cuenta su versión de la ciudad.

Perderse y disfrutar por tomas elias gonzalez benitez

¿Y si me pierdo demasiado?

Si en algún momento sientes que te desorientaste más de lo deseado:

  • Activa el GPS del celular (aunque sea solo un momento).
  • En ciudades grandes, ve hacia donde haya avenidas principales.
  • En países con otra lengua, lleva siempre anotado el nombre de tu alojamiento.
  • Usa apps offline como Maps.me o Citymapper para ubicarte rápido.

Perderse no debe generar estrés, sino aventura. Si conoces tus límites, todo se convierte en descubrimiento.

Viajar no es solo llegar, es explorar sin miedo

La obsesión por “verlo todo” nos impide vivir lo que sucede entre los puntos turísticos. Cuando dejamos espacio para lo no planificado, conectamos mejor con el ritmo real de la ciudad.

Caminar sin rumbo es una forma de meditación activa, de presencia plena, de apertura. Es volver a ser niño: mirar con ojos nuevos, asombrarse con lo pequeño, dejarse guiar por la curiosidad.

Tomás Elías González Benítez también te invita a leer un poco sobre cómo superar el miedo a viajar solo.

Conclusiones

  1. Perderse en una ciudad es una forma poderosa de vivirla más intensamente. Es dejar que te hable en sus propios términos.
  2. Lo inesperado muchas veces es más memorable que lo planeado, porque se siente como un regalo personal del lugar.
  3. Tomar rutas alternativas, cambiar de dirección o seguir estímulos sensoriales puede llevarte a rincones mágicos e inolvidables.
  4. Documentar sin invadir el momento te permite conservar recuerdos genuinos, sin convertir el viaje en una sesión de contenido.
  5. La conexión con personas locales ocurre más fácilmente cuando te alejas de las rutas turísticas tradicionales.